viernes, 5 de febrero de 2010

anecdota: noche en los caminos

Os comento sobre lo que ocurrió en la etapa de Mérida, un día largo y colmado de gracias y diversión.

Sale el sol y ya estoy pateando solo hacia Mérida, me quedan 10km cuando me llama José y me dice que acaban de salir de torremegia, les espero como 2 horas en medio del monte y por fin juntos llegamos a la capital de Extremadura, el calor empieza a apretar, lo primero ir a la oficina de turismo y ver la ciudad.

Recorremos los 3 las muy petadas calles de Mérida, los 3 con chanclas, pañuelo pirata y palos de negrerin, compramos un desayuno justo, lo de siempre un yogur liquido y fruta en un súper.
Al mediodía bajamos al Guadiana, donde se supone esta el albergue, todo verde y lleno de aspersores, sin pensarlo empezamos a hacer el gañan con ellos, tras 3 horas de calor excesivo y siesta en el parque empezamos a ver que hay miles de hormigas en el parque debido a la humedad.

Abren las puertas del albergue, pensábamos quedarnos, pero vale dinero, no conforme con esto, el albergue está lleno de montones de hormigas muertas, al final negocio con el hospitalero y nos deja ducharnos gratis, pero seguiremos nuestro camino al atardecer.
Con la mochila llena de agua y algo de comida, salimos de la ciudad no sin antes ver el fabuloso acueducto, la travesía es peligrosa, una infestada carretera llena de camioneros locos y turistas cabreados por los atascos.

Sobre las 9 llegamos a Proserpina, un embalse romano a unos 8 km de Mérida, un sitio encantador, como aun no es tarde decidimos seguir, cargamos agua en un bar.
Carretera ahora vacía hasta los encinares de la zona, un hombre en moto nos dice que por carretera son casi 12km hasta carrascalejo, la guía marca solo 7km por monte, así que en la puesta de sol nos internamos en el malsano bosque, estilo Fangorn.
Sombras en la oscuridad nos acechan, solo la luna marca el camino, las flechas camuflan y distorsionan la realidad, yo dirijo la compañía gracias a la luz del frontal atado ahora en el palo, José empieza a decir que a lo mejor se ha quemado con el sol en la pierna, el otro se queja de no dormir y dice que esta hasta las narices de andar de noche, yo estoy bebiendo agua y rehidratándome tras un día a 50º.

Solo nos queda una opción decente, acampar sin casi agua necesaria en el monte, cosa que no está mal o asumir la larga oscuridad hasta el siguiente pueblo, al final empezamos a distinguir luces en el horizonte, carrascalejo.
Llegamos al pueblo, en un bar cargamos agua, cenamos, los chavales nos dicen que al ver la luz en el bosque se asustaron, preparamos el vivac en el portón de la iglesia y a sobar, que ya ha pasado medianoche.

2 comentarios:

  1. buaaaaaa en ese foto Jose y sito paracen unos tirillas jajaja

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  2. y lo siguen siendo solo que ahora estan de baja forma, abandonaron el camino y ahora les ha traicionado

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